Saludos a todos. Le doy gracias a Dios por permitirme compartir con ustedes estas conclusiones.
Este es uno de los mandamientos de Dios mandados por medio de Cristo Jesús menos incomprendidos por los no religiosos, y que incluso, a muchos religiosos les cuesta mucho trabajo poner en práctica.
La incapacidad de aceptar los ataques del que se levanta como enemigo, es un defecto con el que nacemos, es propio del humano. Cuando te sobrepones a esta costumbre de regresar el golpe, es una clara señal de evolución espiritual, no una tibieza ante las confrontaciones.
Cuando Jesús Cristo va en contra del ''ojo por ojo'' por medio de este mandamiento, los de corazón duro no lo aceptaron, de modo que, solo aquellos que sin comprender la profundidad de este mandamiento hicieron caso, eventualmente recibieron su recompensa, pues estos tenÃan lo necesario para entrar al reino de Dios.
Si lo vemos desde un punto de vista mas terrenal, podemos explicarlo de este modo: Cuando alguien nos insulta e intentamos evitar la confrontación con lógica, pensamos: 'Él lo hace porque está pasando por alguna dificultad, está traumado o exteriorizando su miseria interior'. Sin embargo, aunque sabemos esto, es inevitable sentirnos atacados, a pesar de poner una sonrisa.
Esto se debe a que seguimos exteriorizando nuestro enfoque, sin mirar hacia dentro. No somos capaces de reconocer que ese sentimiento de sentirse atacado es un patrón interior que va más allá de nuestro entendimiento racional.
En otras palabras, nuestra reacción emocional es automática y no podemos evitarla completamente, incluso cuando entendemos las motivaciones del otro.
Ahora, podrÃa parecer que explicarlo de este modo va en contra del principio, sobre que solo los de corazón blando acatarán el mandamiento sin explicaciones. Sin embargo, irónicamente en esta era de ''tolerancia'' y ''aceptación'', el corazón de la mayorÃa se ha endurecido como nunca antes, por lo tanto, aun explicado con peras y manzanas, los anteriormente mencionados no lo entenderán.
Esta explicación, tiene el potencial de hacer comprender a los que piden coherencia pero que, realmente no tienen esa dureza. Pues en esta era moderna, a causa de la evolución espiritual, sentimos esta necesidad de exigirla, es como si las palabras bonitas no fueran suficientes.
Por dichas razones, las explicaciones de estos mandamientos antes incomprendidos, están justificadas.
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