Sobre la recuperación

Buen día a todos,. Hoy quisiera hablarles sobre algunas reflexiones respecto a la mecánica de la recuperación, todo desde un punto de vista muy personal, pero, que por experiencia propia, les digo que puede funcionarle a más de uno.

Primeramente me gustaría mencionar, que negar los métodos tradicionales de recuperación sería un error, tales como: las reuniones para compartir, los anexos, la terapia, etc. No obstante, sabemos que las recaídas son casi una regla en cualquier método y suelen ser muy dolorosas.

Basándome en mi experiencia, creo comprender porque esto suele pasar.

Cuando una persona decide acudir a un tarapeuta, la probabilidad de que ahonde en sus conflictos familiares sin resolver o traumas de la infancia es tan probable que, es casi una norma.

Las personas que a pesar de esos conflictos internos ''funcionan bien'', son las que necesitan de un profesional que ahonde en su interior, no es el caso cuando hablamos, por ejemplo: de un adicto empedernido. Pues ese comportamiento pone en evidencia esos asuntos internos que lo atormentan.

Cuando hablamos de una persona funcional, la ayuda de un profesional es lo más conveniente. No es que los que decidan recurrir a un terapeuta sean engreídos o pretendan ser más sofisticados intelectualmente, simplemente para alguien así, es difícil saber que lo aqueja, cuales son esos comportamientos que lo hacen infeliz, cuales son esos sentimientos sin procesar.

Cuando hablamos del segundo caso, no hay necesidad de darle tantas vueltas, es ''agarrar el toro por los cuernos'', puesto que, el adicto sabe que lo aqueja, y sabe perfectamente cuales son los comportamientos que lo mantienen en perpetua infelicidad, es más, todos a su alrededor lo saben.

Entonces, siendo este el caso, ¿no les parece que el más ''dañado'' tiene mas ventaja sobre el ''funcional''? Si y no.

Tiene la ventaja de atacar de frente a sus demonios, aunque tiene la desventaja de las manías tóxicas tan arraigadas.

¿Que causa las recaídas?

Es inevitable ofender o dañar a los que te rodean cuando tienes comportamientos autodestructivos, por lo tanto, cuando llega el punto en el que quieres cambiar, son esos recuerdos o sentimientos no procesados, producto de tu tóxico comportamiento, los que te impiden una recuperación fluida.

Es cierto que, si te mantienes firme a pesar de las recaídas vas a lograr el cambio en algún momento, pero, si existiera una forma de evitar estos tropiezos, esa sería: sacar lo que tengas que sacar, sin que te importe que te digan ''lloron'' o ''quejumbroso''. Uno: Encomienda a Dios lo que pase a partir de ese momento; dos: habla sobre el daño que te causaron en la infancia; tres: acepta el daño que causaste en tu adultez.

Esto más que nada, es para aquellos que por alguna razón, no creen en los métodos convencionales. Por ejemplo, es bien sabido, que en ciertos grupos de apoyo vas a que te griten y te humillen, por lo tanto, es natural que haya quienes no encajen ahí. Es cierto que hay personas que por su temple, les ha de funcionar, pero si hablamos de personas mas sensibles, este no sería un método correcto.

Y así es en todos los métodos populares de recuperación, en todos podemos encontrar características que sintamos no van con nuestra naturaleza.

Por eso hay muchas personas que prefieren arreglárselas por sí solos y, en efecto, muchos logran "recuperarse".

Muchos rehabilitados con métodos tradicinales, dirán que alguien que se ''se los amarra'' y logra sobreponerse a sus comportamientos nocivos solo arregló el problema superficialmente y, que esos sentimientos o traumas lo siguen aquejando de otras maneras, y es cierto. No obstante, si el prefirió este método es porque no se identificó con los métodos que el mundo le ofrece, por lo tanto, nadie tendría porque juzgarlo.

En conclusión, si tu eres de esos que no se identifica con las metodologías convencionales, estás en lo correcto, tienes todo el derecho de cuestionarlos, aunque no de negar su eficacia, claro está.

Por eso, te invito a probarlo por cuenta propia si lo crees necesario.

Encomienda todo a Dios, y después hazle frente a tus traumas y a las consecuencias de tus errores.